COMO HACER NUBES CASERAS



La mañana estaba desapacible, el viento entraba por las ventanas, se  fue a buscar una chaqueta, había llegado el invierno. Mientras tomaba un café caliente y apretaba la taza como si de una estufa de manos se tratara, le vino a la cabeza aquellas tardes frías de invierno de su infancia, en las que después realizar unas compras por el centro de la ciudad, su madre la llevaba a una chocolatería. Siempre estaba de bote en bote,  buscaban una mesa en la que poder sentarse y disfrutar del mejor chocolate de la ciudad. Sus ojos de niña curiosa observaban todo. La chocolatería estaba al fondo de un pasaje, sus paredes eran de azulejos blancos y los camareros vestían chaquetillas impolutas de  también de color blanco.  El chocolate era espeso y de un marrón intenso que se intensificaba aún más con el blanco de la taza.






Años después en su juventud nocturna volvía al mismo lugar pero ahora ya no estaba la chocolatería sino, un bar de copas. Ni la música ni el ruido impedían recordar el sabor de aquel chocolate con churros de invierno junto a su madre.


Al chocolate de mi infancia ahora le añado nubes o lo que para mi pandilla eran jamones y ahora para mis hijas son marshmallows.
Quién no fue en su infancia al quiosco y se compró unas cuantas chuches en las que se incluían un par de jamones para después, sin lincencia paterna quemalos con un mechero.

Nunca pensé que fueran tan fáciles de hacer y tan divertido. Es una receta de las que llamo yo de tarde lluviosa, para hacer con los peques de la casa, os aseguro que les hará mucha gracia hacerlas.

Recetas hay muchas algunas muy complicadas, la más sencilla que encontré fue la del blog La receta de la Felicidad. 





NECESITAREMOS

_ 250 ml de agua.
_ 12 láminas de gelatina neutra, si es en polvo 20 g.
_ Una vaina de vainilla.
_ 400g de azúcar.
_ Azúcar glass y maicena a partes iguales.



Primero ponemos en un recipiente a hidratar las láminas de gelatina junto con 125 g de agua.

En un cazo echamos los otros 125 g de agua y echamos el azúcar y la vaina de vainilla. Llevamos a ebullición.

Separamos del fuego y sacamos la vaina, para extraer las semillas.

Añadimos el agua y la gelatina al cazo, volvemos a poner al fuego y no dejamos de remover hasta que comience a hervir.

Echamos en un recipiente amplio y lo dejamos enfriar durante una hora aproximadamente.


Untamos una bandeja rectangular con mantequilla.

Batimos la mezcla con una batidora de varillas durante diez minutos, al principio parece que se hace una masa rara, pero después poco a poco se va montando. Parece que estemos montando claras.


Echamos la mezcla en la bandeja y dejamos reposar durante 4 horas. 

Mezclamos la misma cantidad de maicena que de azúcar glass y espolvoreamos encima para que no se nos seque la superficie.

Reservamos la mezcla, después nos servirá para que no se nos peguen  las nubes una vez cortadas.


GRACIAS POR VENIR

Stm

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